La confianza es un elemento central para el estudio del capital social. En general, se considera que los ciudadanos pueden favorecerse de los lazos de confianza que establezcan, por ejemplo, para conseguir un trabajo (Yapu, Romero, & Rocha, 2013). A nivel colectivo se esperaría que estos vínculos favorezcan la reciprocidad, cooperación y, consecuentemente, el orden social.
Varios autores distinguen la confianza interpersonal de aquella depositada en las instituciones. La primera se refiere a la que se deposita en los familiares, amigos e incluso en personas desconocidas (Putnam, 2000). La segunda se refiere a la confianza que se refuerza o debilita por las acciones de alguna institución en particular como las instituciones gubernamentales, religiosas, empresariales, entre otras.
De acuerdo con datos del Barómetro de las Américas, en los últimos diez años, los haitianos, dominicanos, peruanos y bolivianos han reportado niveles de confianza más altos en las personas que habitan en su comunidad. Por su parte, los canadienses, estadounidenses, beliceños y costarricenses reportan los niveles más bajos. En el siguiente mapa interactivo puede encontrar el nivel de confianza de cada país.
Mapa 1
El mapa 2 muestra el nivel de confianza que los ciudadanos depositan en tres instituciones públicas clave: el Gobierno Central o Nacional, el Congreso y el Sistema de Justicia de cada país. En la última década, la confianza en el Gobierno Nacional ha sido más alta en Uruguay, seguido de República Dominicana. En contraposición, los gobiernos peruano y nicaragüense han gozado del menor nivel de confianza de parte de su población (ver mapa 2a).
Empero, los congresos gozan de menor confiabilidad. Los casos más críticos se refieren a Ecuador, Paraguay y Perú, pero en general, el voto de confianza para esta institución es pobre (mapa 2b). Por último, la calificación del sistema de justicia es alto en Canadá y Estados Unidos, pero nuevamente, Paraguay y Perú muestran los niveles más bajos de la región (mapa 2c).
Resalta que al analizar conjuntamente la confianza en la comunidad y en las instituciones públicas es necesario rescatar una interrogante de interés: se esperaría que una alta confianza depositada en las personas más cercanas promovería la cooperación en los espacios locales. Sin embargo, interesa observar si esta confianza también se extiende hacia las instituciones públicas. Si no fuera así, Fukuyama (2001) advierte de un sistema de doble moral que consecuentemente constituiría una “fundación cultural para la corrupción”.
En algunos países latinoamericanos que muestran esta situación, correspondería preguntar: ¿cómo se encuentra su país, la población confía más en la comunidad y/o en las instituciones?
Mapa 2
Referencias
Fukuyama, Francis (2000). Social
Capital and Civil Society. IMF Working
Paper, pp. 1-19. Disponible en SSRN: http://ssrn.com/abstract=879582
Putnam, Robert (1995). Turning In,
Turning Out: The strange disappearance of Social Capital in America. Political
Science and Politics 28(4) pp. 664-683. Disponible en: http://www.jstor.org/stable/420517.
Yapu, Romero, & Rocha (2013). Capital
social: ¿un determinante para la inclusión laboral? Documento preparado
para la Primera Conferencia Regional: “América Latina hacia la inclusión
social: Avances, aprendizajes y desafíos". Pendiente de publicación.